It's only you stopping you.

jueves, 8 de diciembre de 2011

Lo verdadero.

Me sonrió y siguió comiendo. Athan… qué escondes debajo de esa sonrisa. Algo debes tramar, algo hay en tu mente que no me produce buenas vibraciones. Algo más allá de lo que yo pueda imaginar.

-Muchas veces me he preguntado qué pasaría si el mundo se destruyera –empezó él-. Si se extinguiera toda raza exceptuando dos especies. Las más fuertes, las más feroces. Cuán más primitivas mejor. Y que tuvieran que luchar entre ellas para conseguir comida, para conseguir llegar más allá de la extinción masiva. Me pregunto si los humanos seríamos este tipo de supervivientes.

-Te aseguro que no –sentencié.

-¿Por qué no? Somos la especie más inteligente.

-No a nivel primitivo. Imagínate que nos destruyen todo lo que conocemos actualmente como mundo, no quedaría nada, tendríamos que luchar para conseguir lo que queremos. Apenas sabemos luchar, no sabemos desgarrarnos la piel, destrozarnos los huesos y seguir luchando. Eso no es instinto animal. Nos han adiestrado como han querido –bebí un poco del agua de mi vaso-. No seríamos más que un aperitivo para los demás, si eso pasara. No somos lo suficientemente valientes como para arriesgar nuestra vida por los demás.

-¿Demasiado egoístas quizás?

-Quizás –alcé los hombros-. Pero demasiado simples, eso seguro.

-¿Por qué simples? Sigo pensando que no es así, somos la especie más inteligente y más evolucionada.

-No a nivel carnal –solté un largo suspiro, no había manera de razonar eso para que le entrara en la cabeza-. Hoy en día, para sentirnos seguros de nosotros mismos necesitamos, por ejemplo, un móvil que nos haga todo lo que no podemos hacer nosotros, que sea capaz de expresar lo que sentimos sólo con tocar algunas teclas. Es más fácil escribir que decir, pensar que demostrar, jurar que actuar. Por eso, somos demasiado simples. Nos centramos en cosas que no necesitamos, les damos importancia a objetos que deberían ser usados, y acabamos usando a quiénes deben ser amados. Ese es el gran problema que tenemos y que tú, probablemente, nunca llegarás a comprender, querido Athan.

-¿Es eso una indirecta negativa?

-Sólo si te sientes aludido por ella.

-No lo hago –dijo, con firmeza.

Demasiado simples, repetí en mi cabeza. Ese es el problema de la mayoría. No hablo de perfeccionismo, ni tampoco de complejidad, más bien de simplismo por abandono de los sentidos. No necesitamos esforzarnos para nada, nos lo dan todo hecho, y ahí es donde empieza nuestra involución.

martes, 6 de diciembre de 2011

Lo imperceptible.

Y así pasaron las horas. Entre clase y clase, notaba como su mirada se clavaba en mi espalda. La notaba recorrer mi espina dorsal, arriba y abajo. Sin cesar. No sabía qué querría de mí, si realmente era una cita o sólo una excusa más para reírse de mí. En breves lo sabría.

Las clases ya habían terminado, y todo el mundo se estaba yendo. Cogí mi bolsa y alguien me cogió de la coleta suavemente.

-No huyas –sonrió.
-No iba a huir de todos modos.
-Quién sabe –murmuró-, no sería la primera vez que me dejan plantado, así que. No me lo tomaría a mal.
-He dicho que tampoco iba a hacerlo.

Ahí concluyó la conversación hasta que llegamos al lugar más cercano donde la comida resultaba más o menos apetecible y eran algo más que grasas sobresaturadas. Pese a eso, el silencio duró poco.

La gente no entendía que un silencio no eran minutos perdidos. Al contrario, un silencio a veces sentenciaba mucho más que unas palabras. Un silencio se transformaba súbitamente en una destrucción masiva. Y sin embargo, resultaba un apocalipsis producido de la nada.

domingo, 23 de octubre de 2011

Relativamente

Felicidad.

¿Qué es la felicidad? ¿Qué es realmente sentirte feliz?

¿Un sentimiento altamente volátil, es capaz de hacerte... feliz?

No lo sé. La felicidad viene y va, como una noria. Te sientes en la cumbre, y bajas en picado al acecho de la oscuridad. Y luego sin pensarlo, sin quererlo, vuelves a subir. Y estás arriba, te mantienes a flote más o menos tiempo, y vuelves a bajar. Es un círculo vicioso.

Y sin embargo, te obstruyes en tu mente esos recuerdos que te hacen desaparecer de lo que llamarías la tranquilidad absoluta. De lo que llamarías estar bien. Cosas relativamente relativas, relativamente sin sentido.

No puedo dejar de ser feliz, no puedo dejar de estar triste.

No puedo dejar de ver el sol, no puedo dejar de vivir en la penumbra.